Es evidente que estamos ante un futuro lleno
de retos y de cuestiones que responder, en especial, sobre nuestra capacidad de mantener un desarrollo económico
en el tiempo, y que sea lo más
integrador posible entre la población actual y las generaciones futuras.
Observamos como los avances tecnológicos en el
campo de la inteligencia artificial
pueden poner el peligro una enorme cantidad de puestos de trabajo, sin la seguridad de que se creen
suficientes trabajos nuevos [1], y por lo tanto se ponga en peligro la
principal fuente de renta y riqueza de la población [2].
A la posible reducción de la demanda de
trabajo sobre una población creciente, se le añade la creciente desigualdad entre ricos y pobres, ya sea en el patrimonio
como en las rentas [2]. Esto se debe a que el capital ha dado rendimientos
superiores al crecimiento de la economía, y puesto que el capital está
concentrado en una minoría, la riqueza de unos pocos crecerá más rápido que los
de la mayoría [2].
Para muchos economistas la solución a la
pobreza, la desigualdad e incluso la falta de ingresos públicos es el
crecimiento económico [4]. Ante nuestra actual dependencia del crecimiento perpeturo, existe un área cada vez mayor de cientificos que afirman que no se puede crecer infinitamente en un
mundo finito [3] [4] [9] [10], y que ya
hemos excedido los limites planetarios, provocando un impacto irreversible
en el planeta, así como menguando
nuestra capacidad de seguir manteniendo nuestro nivel de bienestar material.
Los límites del crecimiento también ponen en
evidencia que nuestra deuda no puede
crecer indefinidamente [5] y que son necesarios
cambios estructurales sobre la gestión del estado de bienestar si no
queremos entrar en una espiral de austeridad que aumente aún más la desigualdad
y la cohesión social [6].
A pesar de que el consenso científico y el “mainstream” van cada vez menos de la mano
[7], es necesario reconocer que el
cambio climático pone en peligro nuestra capacidad para seguir manteniendo
nuestros niveles de desarrollo actuales. La sociedad, empresas y entes públicos deben
trabajar conjuntamente para mitigar sus efectos y que la temperatura global no
aumente más de dos grados [14].
Esto
es especialmente relevante en un mundo en el que la población sigue
aumentando, poniendo si cabe más estrés en el sistema, y sobre todo en
aquellos países pobres que ya son vulnerables al cambio climático [8]. Debemos
remarcar, no obstante, que las emisiones per cápita son hasta 43 veces más
altas en los países más ricos que lo más pobres [10].
En este mundo más poblado, limitado en
recursos, debemos hablar de energía,
como motor de nuestro desarrollo en un futuro de cambio forzado [9]. Las fuentes de energía
más importantes en los últimos dos siglos, los combustibles fósiles, deberán dejar de serlo si se desea reducir las
emisiones suficientemente. Estas fuentes tan versátiles, serán cada vez más caras y contaminantes [9], y urge
un cambio del modelo energético, que ve como la demanda energética total va aumentar por el desarrollo económico de los
países actualmente menos ricos [9].
La globalización ha permitido acceder a bienes
y servicios que antes resultaban inaccesibles, bien por su precio o por la distancia con respecto su origen. Si bien el libre
comercio es uno de los pilares de nuestro desarrollo, ha provocado una especialización
excesiva, aumentando de costes medioambientales por transporte y la presión a
la baja de las condiciones laborales y ambientales [11]. El comercio, si se
miran con detalles los datos en su conjunto, no siempre ha sido ni beneficioso,
ni libre.
Para conseguir mejorar la convivencia entre
nuestro desarrollo y el mundo, debemos aplicar medidas profundas y de carácter estructural, que, aunque supongan esfuerzos
notables y poco uniformes, deben considerarse como necesarios y valiosos [14].
Este nuevo modelo, debe revisar sus
indicadores. Para empezar, debemos cuestionar si el producto interior bruto, un
indicador de la productividad neta de un país debería ser nuestro principal
objetivo, y si debería crecer siempre [10][13]. Dado que no conseguiremos desacoplar el PIB de la polución y las necesidades
materiales infinitamente [10], debemos buscar estados estacionarios, acompañados por
mejoras en la eficiencia, no para mayor consumo, sino para un menor impacto
[3][4][9][10].
Si el producto interior bruto no puede crecer
siempre, tampoco lo puede hacer la deuda, o los rendimientos del capital, que deberían
desvanecerse con el tiempo. Limitemos la capacidad de los bancos a crear
dinero, y el desacople de la economía monetaria con respecto de la real. Centralizando la generación del dinero a
los bancos centrales, aumentando las reservas de los bancos, o estableciendo intereses
negativos es posible [5][15].
Si nuestra productividad no deja de aumentar,
y cada vez son necesarias menos personas para generar riqueza, tenemos que
asegurar que los frutos del esfuerzo y las oportunidades estén garantizados en
un mundo con más capital y menos trabajo. El
reparto del trabajo, la implementación de la renta básica, y el pago por medio
de participaciones de capital deben aumentar la cohesión social y repartir
progreso [1][13].
Ante el
riesgo de una sociedad extremadamente desigual, debe moderarse la misma, limitando los rendimientos del capital, y
favoreciendo la movilidad social con un mejor acceso a la educación, salud y seguridad
social [2][6]. Nos jugamos la calidad y sostenibilidad de nuestras democracias en
ello.
Tras descubrir, que la salud del planeta, y de
nosotros mismos depende tanto de lo que comemos, debemos implementar dietas saludables
y sostenibles. Las dietas equilibradas,
ricas en frutas y verduras, y lejos de los productos animales e industriales,
son la receta a un mundo con una rica biodiversidad, y unos seres humanos más sanos.
Es por ello por lo que deben existir impuestos a los alimentos no nutritivos o dañinos para la salud o el medio ambiente [12].
Cuando
la energía debe ser accesible a una mayor población, y las fuentes actuales
dejan de ser viables, deben implementarse las acciones necesarias para disponer
de energía asequible y limpia. Las energías renovables son las energías
del futuro, que empieza por reconocer que los
esfuerzos energéticos, deben empezar por aquellos que más tienen, y más
consumen. Para asegurarse que la transición energética sucede a la velocidad
deseada, deben asignarse los costes las emisiones de gases efector invernadero.
El mayor precio de contaminar llevara a mayores incentivos a la transición a
las renovables y a una mejor eficiencia de los procesos productivos [9][14].
Para moderar la presión sobre el sistema,
debemos estabilizar voluntariamente nuestra población. La mejor forma de
reducir la pobreza y el crecimiento poblacional es dando a aquellos con mayores niveles de mortalidad infantil, regímenes patriarcales
y falta de acceso a métodos de planificación familiar, los medios necesarios
para salir de su trampa a la pobreza, y nuestra trampa al desarrollo [8].
En general, se trata de cambiar la historia del
desarrollo. No es una historia del
sacrificio, sino de la sobriedad. Buscamos un uso más sensible de los recursos,
para perseguir la suficiencia de aquellos indicadores que si hablan del
bienestar: Seguridad alimentaria, de agua y energía. Altos niveles de movilidad
social y de cohesión social. Ausencia de
pobreza y enfermedad prevenible. Acceso a la educación y servicios de salud básicos.
Mantenimiento de la biodiversidad. Mayor tiempo libre y libertad para desarrollar
los talentos creativos. Búsqueda de la calidad duradera, no lo fútil y barato…
La persecución de las utopías es la razón de seguir
caminando. Es importante pensar que seguimos aquellos objetivos que creemos de
verdad, y no los fijados erróneamente por otros. Ese ha sido la motivación de
este artículo, y ha resultado ser un verdadero éxito.
Las referencias se basan enteramente en las entradas
de mi blog
[13] http://alanfortunysicart.blogspot.com/2017/08/utopias-realistas.html
[14] http://alanfortunysicart.blogspot.com/2018/12/a-new-story-of-climate-change.html
[15] http://alanfortunysicart.blogspot.com/2017/02/economia-sagrada.html
[14] http://alanfortunysicart.blogspot.com/2018/12/a-new-story-of-climate-change.html
[15] http://alanfortunysicart.blogspot.com/2017/02/economia-sagrada.html
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