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El negacionismo, inversamente proporcional al consenso cientifico


El cambio climático es un tema complejo, cuya compresión parece al alcance de unos pocos formados. El cada vez más claro consenso de su existencia, causas e implicaciones, debería conducir a una tendencia también decreciente en el “negacionismo” de la opinión pública.

Los estudios que se muestran en el artículo “Negacionistas, refractarios e inconsecuentes: sobre el difícil reto de reconocer el cambio climático” de  Francisco Heras Hernández, muestra que el negacionismo va en aumento en muchos lugares (Alemania, Estados Unidos, Reino Unido…).

Dada la diversidad de causas de este fenómeno poco lógico, sugiero analizar en detalle las tipologías de negacionismo, para poder revertir esta tendencia, totalmente opuesta a el consenso científico y el sentido común.

Perspectivas del negacionismo

Desde una perspectiva psicológica, el negacionismo puede ser el mecanismo natural del ser humano de evitar, de forma inconsciente, una verdad incómoda como la del cambio climático inducido por el hombre. Esta autoprotección a corto plazo puede tener consecuencias muy negativas a largo plazo pues limita nuestra respuesta ante este y otros riesgos.

Otra perspectiva es la informativa, en la que se ha apreciado un sesgo hacia el negacionismo (excesivamente representado en los medios), poco ponderado por su representatividad científica, que ha generado una opinión publica de que existe un menor consenso del real.

La perspectiva educativa es también muy relevante, pues implica que la falta de una base científica sólida, impide que la gente mantenga una postura crítica ante la situación, pues una mera nevada en otoño no puede cuestionar la existencia del cambio climático inducido por el hombre. 
Una buena educación y cultura científica debería prevenir de extrapolar anécdotas sobre tendencias climáticas.

Un fenómeno relevante es la polarización política del negacionismo en Estados Unidos, en los que la tendencia es una polarización republicana hacia el negacionismo, lo cual desvincula la discusión de sociedad y cambio climático, hacia una política, mucho más arraigada y menos abierta a discusión.

Refractarios

El conocimiento no es garantía de acción, pues a veces ante la inmensidad del problema, o el propio sentimiento de culpabilidad, preferimos no hacer nada.

Por lo general, personas informadas pero que perciban:
  •  Que el coste de sus acciones es muy altopagar el impuesto al sol, o dejar de viajar en avión
  • Que el impacto de sus acciones es muy bajola contribución de Co2 de Espana es el 1%
  • Que las consecuencias de no hacer nada son demasiado inciertasexcesiva prudencia científica
  • Que el entorno no es propicio: falta de transporte publico de calidad y asequible

Pueden optar por posiciones refractarias, a pesar de ser las personas mejor informadas.

Es por ello que la comunicación debe revisarse, por un lado, para ganar el debate científico y conseguir una población mejor educada, pero también para plantear el cambio climático como una oportunidad que se puede solucionar, y con claras acciones para solventarlo.

El cambio climático es uno de los mayores reto de nuestro tiempo, y por ello debería motivarnos ser parte de la solución y retomar conciencia de comunidad, algo que todos ansiamos (solo hay que ver el éxito de las redes sociales).

Yo solución!

Propongo una lista de acciones que pueden revertir el cambio climático con costes reducidos (y muchos beneficios)

  1. Asumir una dieta vegana: la crianza de animales para las dietas de carne y lacteos suponen el 70% del cambio climático por la alimentación (hasta un 40% del total), y supone un uso de agua superior en un factor de 10.
Las dietas veganas no son solo mas económicas, sino que mejoran la salud y ayudan a prevenir varias enfermedades cardiovasculares, Alzheimer y respiratorias (todas ellas tienen mayor incidencia en dietas no veganas).
A los que amen a los animales y la naturaleza, les deberia atraer esta opcion, pues van a evitar el sufrimiento y muerte de unos 5000 animales.
Indirectamente se verán beneficiados los países exportadores de carne, pues pondrán menos presión a su entorno y disfrutar de una dieta más asequible (y variada).
  1. Plantar árboles: con unos 70 árboles por persona nos convertimos en carbo-neutrales (pues podemos neutralizar 32 toneladas según varias agencias consultadas). Esto tiene un coste estimado de unos 3.000 euros por persona (una única vez!).
Es decir, con 3.000 por persona podemos revertir sus emisiones de Co2 de por vida. Esta solución no es válida para toda la población pues la escasez de suelo forestal aumentaría el coste progresivamente, pero sería parte de la solución.
  1. Movilidad limpia: transporte público, compartir coche, desplazarse en bicicleta o a pie y sobre todo reducir los vuelos. Esto puede reducir nuestra contribución un 50%. Dejar el coche propio nos hará 5000 euros por año más ricos, nos dará tiempo para hacer ejercicio/leer/meditar/... y reducirá los accidentes mortales.
  2. Cambiar a un proveedor de energía limpia: actualmente existen proveedores de energía totalmente renovable.
Esto tendría un impacto aproximado de un 20% sobre nuestra huella, aunque aumentaría nuestra factura mensual.
  1. Consumir menos y local para vivir más:  al consumir, consumimos recursos, energía...pero sobre todo el tiempo de nuestra vida dedicado a pagar eso.
Una vida con menos consumo y más experiencias (cultura, arte, gastronomía, viajes, deporte, lectura) es una vida más saludable y respetuosa con el medio ambiente, pero sobre todo una vida más libre y feliz. 
Consumir local reduce las emisiones, enriquece la comunidad y hace los mercados más fragmentados y plurales.

Vivir de forma sostenible es fácil, y lo mejor de todo es que mejorara nuestra salud, felicidad, comunidad y entorno.

No es necesario esperar a coaliciones mundiales para solucionar el cambio climático, nuestro ejemplo es la solución que el mundo necesita.

¡Empecemos!


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Kohei Saito has published another book to make a valid point: any economic system that does not overcome capitalism will fail to reconcile social provisioning with planetary boundaries. The question is how democratic we want this system to be. He advocates radically democratizing the economic system and avoiding any form of climate Maoism, or a state dictatorship to enforce how we transition from capitalism. Let's see why, who, and also some strategic gaps I identified while reading the book, which I recommend. We need to reconcile socialism with ecology, and degrowth with socialism. Not all socialists agree or support degrowth or the notion of planetary boundaries, and definitely the mainstream left is rather green Keynesian, productivist, and mostly pro-growth. The author claims that due to the impossibility of sufficient decoupling and the need for capitalism to grow, only socialism and a break from capitalism can achieve a stable climate and public abundance. Also, not all degr